Bueno, la cuestión es que quería contarles una anécdota muy vieja y se la saben sólo aquellos que estudiaron conmigo en el Cole (Calasanz). Una vez querían las ridículas de mi salón decorarlo de temas de halloween y ponerlo ustedes saben todo negro y anaranjado, entonces decidí colaborar y les dije que yo haría la calabaza y la cara y eso. Mi mamá hizo un pie (pastel) de auyama (sí, es una calabaza) y yo hice una hermosa y macabra obra con el cuerpo de la misma.
Resulta que la llevo y depinga, todos tripeandose la broma, pero querían ponerle una vela para prenderla como una lámpara. Y funcionó! pero con la nefasta cuestión de que era muy bajita la auyama y cuando estaba la vela prendida se quemaba la tapa de la auyama y dejó todo oliendo a putrefacción. No duró ni una semana la vaina esa y la botaron, al fin y al cabo todo ésto no dura sino un día no?.
Hoy les deseo un infelíz noche de brujas, muertos, zombies, entre otros mounstricos fantasmagóricos y funebres. ¿Por qué infelíz? Pues en Halloween todo debe ser al revés, es como "rompete una pierna" en el teatro.
Moraleja: No celebres festividades que no te pertenecen o todo termina oliendo a mierda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario